PRUEBA: SUZUKI SWIFT SPORT HYBRID

El mercado del automóvil está cambiando, la mayoría de marcas optan por vehículos “ecológicos” carentes de sensaciones de conducción, pero mientras existan vehículos como el Suzuki Swift Sport Hybrid tenemos motivos para la esperanza.

Suzuki Swift Sport Hybrid

Es cierto que el nuevo Suzui Swift Sport ha perdido algo de potencia y ha ganado algo de peso al incluir al motor 1,4 BOOSTERJET el sistema de hibridación ligera (SHVS), consiguiendo de esta manera el distintivo ambiental ECO de la DGT.

Perder 11CV y ganar 45kg de peso no es buena carta de presentación, pero, sinceramente, prestacional y sensacionalmente en la calle no se nota un gran lastre.

Carrocería con líneas muy afiladas

Antes de subirnos al Suzuki Swift Sport nos encontramos una carrocería algo alta con respecto al suelo, hecho disimulado por unas molduras inferiores con una textura símil carbono de plástico negro que, en el frontal quedan a modo de splitter bajo el afilado paragolpes con grandes entradas de aire, y en la parte trasera a modo de difusor dejando hueco para dos salidas de escape reales.

Lateral

El casi metro y medio (1495mm) de altura de la carrocería no parece tanto debido a la línea negra marcada por el color de los pilares, creando así una línea de separación del techo con el resto de carrocería. Este efecto se incrementa más aún si optamos por el techo negro como opción.

Las llantas de 17” rematan una línea lateral muy poderosa, con unos pasos de ruedas muy llenos con el diámetro de llanta-neumático. Las líneas afiladas de los paragolpes delantero y trasero específicos del Swift Sport, hacen que el vehículo parezca mucho más pegado al suelo que las versiones “convencionales”.

En cuanto a dimensiones, el nuevo Suzuki Swift Sport ha crecido con respecto a la anterior generación, es 20 mm más largo entre ejes y las vías delanteras y traseras también han ensanchado 40mm. La carrocería ahora es 15 mm más baja y más ancha. Más ancho, más bajo y ligeramente más largo entre ejes tiene que ser una buena fórmula en su comportamiento deportivo.

Vista trasera

En cifras totales estamos ante un vehículo que tiene 2450 mm de distancia entre ejes, una longitud total de carrocería de 3890mm y una anchura de carrocería (sin espejos) de 1735 mm. El ancho de vías es casi idéntico en ambos ejes, siendo ligeramente superior en el tren trasero (150 y 1515mm).

En cuanto al peso en vacío del vehículo, tras hibridarlo, ha superado la bonita cifra de menos de 1000kg, siendo ahora 1020 kg, algo asumible e inapreciable para la mayoría de usuarios de este vehículo.

Interior sport sin “maltratar” a los ocupantes

Asientos delanteros

Tengo que reconocer que me gustan mucho los semibacket y backet en el interior de un vehículo con carácter deportivo, primero por su estética y segundo por su sujeción. Pero, a decir verdad, no es lo más cómodo para el día a día, siendo algo delicado, sobre todo, a la hora de entrar y salir del habitáculo.

En Suzuki han creado unos asientos para el Swift Sport que me parecen el equilibrio perfecto entre sujeción y comfort, y además, calefactables. Una vez destacado el elemento que más me llamó la atención al entrar el coche, repasemos el resto del interior.

Abundan los plásticos duros en el salpicadero y paneles de las puertas (más en las traseras que las delanteras), pero el ajuste entre ellos y otros materiales, como el textil, parecen robustos y bastante bien ajustados.

Interior

Conseguir una buena postura de conducción es sencillo gracias a las regulaciones del asiento y las del volante en altura y profundidad. Un pequeño pero en el volante es la inserción de un plástico negro brillo en la mitad inferior interna que hace que el grip del volante varíe, no llegando a deslizar, pero si haciendo que la firmeza con la que se sujeta la dirección no sea la misma. El volante es ligeramente achatado en su parte inferior, algo muy bueno para la habitabilidad pero que no me acaba de gustar para conducción deportiva, manías más que otra cosa. Sin salir del volante, tenemos un gran número de botones en el mismo, manejando sin soltar las manos el control crucero adaptativo, el asistente de mantenimiento de carril, las llamadas telefónicas desde el manos libres, los comandos de voz y el sistema de audio e infoentretenimiento.

Cuadro

Algo que nos deja claro la intención de este coche es la posición de los pedales, una distancia ideal entre el pedal de freno y acelerador que nos permitirá sacar nuestro mejor piloto haciendo perfectamente el punta-tacón.

Los gráficos de la pantalla central de 7” no son los más vanguardistas, pero no hay nada que reprochar del funcionamiento y visibilidad de la misma. Además, en el cuadro tras el volante contamos con otra pequeña pantalla de información para el conductor a todo color. La combinación de color negro y rojo está repartida por todo el habitáculo, incluido el cuadro. Tenemos un cuentavueltas con fondo rojo y un velocímetro con fondo negro, ambos son “analógicos”. Además tenemos indicador de temperatura de refrigerante y de temperatura de aceite (éste segundo en la pantalla digital de 4,2”) algo que considero indispensable para un vehículo en el que en algún momento le intentaremos sacar todo su rendimiento sintiéndonos un piloto de la Copa Suzuki Ibérica.

Habitáculo

Las plazas traseras están menos resueltas que las delanteras, pero el espacio disponible es bastante bueno, al menos para estaturas por debajo del 1,80m como la mía. El maletero dispone de 265 litros con unas formas bastante cuadradas, sin grandes protuberancias que interfieran en el espacio de carga. La alfombra del suelo del maletero queda algo mal fijada, algo con fácil solución en el catálogo de accesorios de la marca.

Maletero 265 litros

Prestaciones más ECO pero muy SPORT

Motor 1.4 Turbo Hybrid

El Suzuki Swift Sport Hybrid cuenta con un motor térmico 1.4 turboalimentado que rinde 125 CV (95kW) a 5.500 rpm y un par máximo de 235 Nm a 2.000 rpm. Para conseguirlo cuenta con una relación de compresión de 10,8 a 1, distribución variable para la admisión e inyección directa.

Como apoyo al motor térmico, tiene un motor eléctrico síncrono de 13,6 CV (10 kW) y un par de 53 Nm que aumenta la sensación de empuje y meja la respuesta del acelerador.

Gracias a la combinación de ambos motores se consigue una aceleración de 0 a 100 km/ de 9,1 s y una velocidad máxima de 210 km/h.

La transmisión es al eje delantero con una caja de cambios manual de 6 velocidades con un tacto muy preciso y unos trayectos de palanca de cambios bastante cortos.

Mild Hybrid, un aliado en conducción deportiva y un salvoconducto en lo urbano

Suzuki ha tenido que implantar su sistema de hibridación ligera SHVS en el Swift Sport para cumplir las cada vez más restrictivas medidas anticontaminación. Gracias a ello dispone de distintivo medioambiental ECO de la DGT con las ventajas que lleva aparejadas en cuanto a movilidad e impuestos se refiere.

Esquema Sistema SHVS

El sistema cuenta con un motor-generador eléctrico de 48V (ISG), una batería de litio de 48V y un convertidor de 48V a 12V. Este sistema no permite al Swift moverse sin el motor térmico, pero aporta un par adicional en aceleraciones, salidas desde parado, etc. que hacen que las sensaciones al volante sean de un motor con mucho brío.

Otra ventaja, aunque sería ya del apartado de conducción, es el trabajo que el sistema evita a los frenos al ponerse a trabajar como generador cargando la batería de 48V y aumentando, por lo tanto, la retención del motor.

Hasta arriba de equipamiento

Algo que me ha sorprendido mucho de este Suzuki Swift Sport, es que por poco más de 22.000 € (lo mejor es acercarse a un concesionario para conocer el precio exacto) ofrece una amplia lista de equipamiento, paso a listar parte del equipamiento de serie:

  • Faros LED con función Guide me y transición largas/cruce automático
  • Pilotos traseros LED
  • Apertura y arranque sin llave
  • Climatizador automático
  • Pantalla táctil con conexión bluetooth, cámara trasera, navegador, Apple Car Play, Andoid Auto y Mirror Link.
  • Puerto USB, entrada auxiliar y toma de 12V
  • Control de velocidad adaptativo y limitador de velocidad
  • Airbags delanteros, laterales y de cortina
  • Anclajes ISOFIX traseros
  • ABS, ESP y DSBS (control predictivo de frenada)
  • Alerta cambio de carril y antifatiga
  • Asistente de cambio de carril
  • Reconocimiento de señales de tráfico
  • Detección de ángulo muerto
  • Alerta de tráfico posterior
  • Control de retención en pendientes
  • Control de presión de neumáticos
  • Sensor de aparcamento trasero

¿Cómo funciona el Suzuki Swift Sport Hybrid?

A modo de resumen de como funciona el Swift Sport hibridado os diré que tendría uno en mi garaje para pasármelo bien en puertos de montaña los fines de semana y usarlo para ir a trabajar a diario sean cuales sean las restricciones a vehículos. Cierto que para viajar en familia no es tan válido, pero tampoco es que esté diseñado para ello.

Vista frontal

En vías urbanas es un vehículo muy fácil de utilizar, la hibridación, unida al motor turbo es una delicia a la hora de circular a baja velocidad. El sensor de ángulo muerto, la alerta de tráfico posterior, el reconocimiento de señales de tráfico, el sensor de aparcamiento con cámara trasera y la asistencia a la frenada serán unos grandes aliados en el denso tráfico de una ciudad.

La suspensión es el elemento que peor se lleva con la ciudad y todas las trampas que hay en ella en forma de enormes badenes y alcantarillas mal enrasadas con el asfalto, algo seca en esos impactos a baja velocidad tan típicos de las vías urbanas.

En vías rápidas el amplio equipamiento nos vuelve a hacer la conducción mucho más placentera y segura. El “setup” deportivo también hace que los virajes a altas velocidades sean pan comido para este pequeño matagigantes. No presenta el aplomo de una gran berlina, pero su contenido peso y su tarado de suspensión hacen que los apoyos a alta velocidad no se transformen en grandes balanceos de carrocería, siendo capaz de mantener la trazada marcada por la dirección sin titubeos en forma de movimientos indeseados de carrocería.

En ciudad salva los muebles y en vías rápidas mantiene la compostura, pero donde va excelentemente bien el Suzuki Swift Sport en en las vías secundarias, cuanto más reviradas mejor. En puerto de montaña nos encontramos un vehículo ligero con unos tarados duros de suspensión, pero los amortiguadores (firmados por Monroe) y los muelles, hacen que la suspensión tenga un primer recorrido algo más blando que nos permite jugar con las transferencias de masas para mejorar su agilidad. Los frenos aguantan bien la fatiga pese a no tener nada de especiales, pinzas flotantes de un solo pistón en ambos ejes sobre discos delanteros ventilados y traseros macizos. El sistema de hibridación ligera descarga algo de trabajo a los frenos en el momento que cortamos gas.

Frente

La dirección de asistencia eléctrica trasmite poco al conductor, como todas las de este tipo, pero se muestra bastante precisa, aunque, según mi opinión, unos neumáticos con algo mejor grip le vendrían mucho mejor a la hora de enfrentar los giros con más precisión y eliminando esa pequeña sensación de deslizamiento que he sentido en alguno momentos.

El motor turbo en combinación con el motor eléctrico se muestra muy lleno de par en cualquier momento, mostrando una gran flexibilidad aunque hayamos elegido una marcha superior a la ideal de la precisa caja de cambios. La caja manual de 6 velocidades se ha mostrado muy precisa y contundente, no fallando ni dudando si la marcha había entrado adecuadamente a cualquier ritmo de conducción.

El discreto escape hace que en conducción deportiva, el sonido sea agradable sin molestar, pero demostrando a través de los oídos que estamos ante un vehículo muy sport.

Zaga

Tras esta prueba he podido saber que aunque el Suzuki Swift Sport se haya vestido de ECO disminuyendo su consumo y emisiones (127 g de CO2 por km WLTP), no ha perdido ni gota de deportividad para la mayoría de los mortales.

En cuanto a consumos, tras moverme con el coche por todo tipo de carreteras y trayectos, el consumo no se ha alejado mucho de los declarados por la marca. He podido de ver menos de 5 litros a los 100 en la conducción más suave, manteniéndose por debajo de 6,5 durante toda la prueba, y sin dispararse mucho durante los tramos de montaña más divertidos que conozco.

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