PROBAMOS EL NUEVO HÍBRIDO TOYOTA C-HR DE LA MANO DE KOBE MOTOR

Llamativo, de línea deportiva y además ‘híbrido’, el nuevo C-HR de Toyota tiene todas las papeletas para ser un nuevo superventas de la marca japonesa

 

La experiencia de Toyota en vehículos híbridos queda patente en el nuevo C-HR, un coche que en sus iniciales indica lo que la imagen refleja a primera vista y que así de claro lo explican en la marca: ‘C’ de Cool, porque su estética es elegante y rompedora al mismo tiempo; ‘H’ de Hybrid, pues incorpora la mecánica híbrida más avanzada del mercado; y ‘R’ de Revolution, ya que nunca antes un vehículo de estas características fue tan divertido de conducir.

Hemos tenido la posibilidad de disfrutar del nuevo C-HR gracias a los amigos del concesionario Toyota Kobe Motor de Majadahonda, y ha sido una experiencia de lo más gratificante porque desde que empezamos a tener noticias de este modelo estábamos deseando probarlo, para comprobar si al conducirlo sentíamos lo mismo que al verlo. Y, efectivamente, lo hemos sentido, al menos el que suscribe, ya que desde que te acomodas en su interior las sensaciones que recibes son muy satisfactorias por lo agradable y acogedor que resulta. Además, todo parece estar situado de forma que resulta muy intuitivo su manejo y control, como la gran pantalla digital de 8 pulgadas en la que controlas las funciones de este espectacular híbrido. Destaca también el cuadro con los relojes digitales al más puro estilo deportivo, así como los asientos que también acompañan a esta sensación de deportividad con una excelente sujeción. El maletero es bastante espacioso con 377 litros de capacidad que se ven aumentados notablemente abatiendo los asientos traseros. Y hablando de asientos traseros, el espacio para los ocupantes de la parte de atrás no es muy grande, aunque caben cómodamente dos adultos, pero tampoco se trata de un coche familiar, yo diría que más bien es el coche ideal para una pareja ‘con pretensiones de crecer’.

Y si por dentro es atractivo, el exterior del C-HR es su punto fuerte, con una línea muy atractiva y futurista que a todos llama la atención, al menos lo pude comprobar mientras rodaba con él y veía como se volvían muchas miradas a su paso, que me pregunto yo si esas miradas asociaban lo que veían con un coche híbrido. También a sus mandos cuesta acostumbrarse a esta condición híbrida, porque el motor de gasolina 1.8 litros de 98 CV transmite un sonido también deportivo que solo cuando ruedas a baja velocidad con el motor eléctrico de 53 kW y 72 CV eres consciente de lo que tienes entre manos y, de paso, de que llevas un vehículo que contamina menos y ofrece un menor consumo de combustible al combinar sus mecánicas de gasolina y eléctrica, que por cierto entre las dos dan una potencia conjunta de 122 CV.

En cuestión de prestaciones, el comportamiento del Toyota C-HR es impecable. Se mantiene muy estable en cualquier tipo de carretera gracias a un buen sistema de suspensiones y a un buen chasis (lo comprobamos durante nuestro reportaje por la sierra madrileña), a lo que acompaña el sistema de frenos. El empuje de la mecánica es notable y, como ya he mencionado, con un ‘toque’ deportivo que afianza su estética (lo que ves es lo que es), y todo dominado por un cambio automático de seis velocidades que hace aún más cómodo y agradable su conducción.

El equipamiento que ofrece es muy completo, y esta versión Advance añade el sistema de asistencia al aparcamiento, airbag en las puertas delanteras y traseras o asientos calefactables entre otros. En equipamiento de serie incluye en toda la gama el Toyota Safety Sense, el Sistema de Seguridad Precolisión que incluye la función de Reconocimiento de Peatones, el Control de Crucero Adaptativo (ACC), Alerta de Cambio Involuntario de Carril con intervención en la dirección, Control Inteligente de Luces de Carretera y Reconocimiento de Señales de Tráfico.

Con todo esto, el C-HR de Toyota es sin duda algo más que el nuevo híbrido de la marca.

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