A las 18:30 del sábado por la tarde, las 24 Horas de Le Mans parecían terminadas para el Porsche 919 Hybrid de Earl Bamber (Nueva Zelanda), Timo Bernhard (Alemania) y Brendon Hartley (Nueva Zelanda). Su coche se quedó sin tracción en el eje delantero, estuvo reparándose durante una hora y cinco minutos y regresó a la pista con 18 vueltas perdidas. Pero la 85ª edición de la clásica de resistencia de Le Mans tuvo tal cantidad de cambios drásticos que lo imposible se hizo realidad al final: después de un esfuerzo enorme, el trío consiguió pasar de la 56ª posición a la victoria absoluta. Para Porsche, la marca que tiene el récord de triunfos en Le Mans, éste es el 19º absoluto en la prueba más dura del mundo y el tercero consecutivo.
Earl Bamber logra su segunda victoria total en Le Mans al volante del Porsche 919 Hybrid, tras la que obtuvo en 2015. También para Timo Bernhard es el segundo triunfo absoluto en Le Mans. Después de haber cosechado el primero en 2010, cuando fue cedido para que corriera con Audi, él soñaba con repetirlo un día con Porsche. Brendon Hartley era quien estaba más hambriento de los seis pilotos oficiales del Equipo Porsche LMP, pues su nombre todavía no estaba grabado en este gran trofeo.
Cómo fue la fase final de la carrera para el coche número 2:
Cuando el vehículo gemelo con el dorsal número 1 se paró en la pista poco después de las 11 de la mañana, tras haber liderado la prueba durante más de diez horas, llegó el momento decisivo. Hartley había estado mejorando constantemente en el trascurso de su relevo múltiple. Después de 312 vueltas, entró para su última parada de repostaje y, al acabar la vuelta 325, cedía el coche a Bernhard en la cuarta posición. A las 12:50 pm, el 919 Hybrid se sitúa en la misma vuelta que el vehículo líder de la carrera (estamos en el giro 330). Todos los coches híbridos oficiales de la categoría LMP1 estaban ya retirados o muy retrasados y un LMP2 era quien rodaba en cabeza. Después de 338 vueltas, Bernhard entra a repostar y en el giro 347 se coloca como nuevo líder. Su penúltima parada para poner combustible llega al cumplirse la vuelta 351 y, posteriormente, hace una miniparada tras la vuelta 360 para echar la gasolina justa con la que terminar. Después de 367 giros, Bernhard cruza la bandera de cuadros para cumplir su sueño.