Lo que hay que tener en cuenta al elegir entre un coche de combustión y uno eléctrico

La plataforma digital niw.es analiza las dudas más comunes para los conductores que están pensando en la compra de un vehículo.

La toma de decisión a la hora de adquirir un vehículo no es sencilla, mucho más si tenemos en cuenta la oferta disponible y las alternativas de propulsión. A la hora de elegir entre un coche de combustión, ya sea diésel o gasolina, o decantarse por uno híbrido o eléctrico, hay que tener en cuenta una serie de factores que pueden ayudar a elegir con mayor claridad y precisión. Desde niw.es, el único marketplace de compra 100% online de coches de ocasión en España, nos han hecho llegar un interesante estudio en el que se detallan los aspectos clave que contribuirán a una adquisición segura y más conveniente para el comprador.
Acontinuación enumeramos los principales puntos a tener en cuenta y que hay que considerar a la hora de decidirse en la adquisición de un vehículo de combustión o eléctrico:

  • Uso cotidiano del vehículo: La primera pregunta que el comprador debe hacerse es para qué trayectos se va utilizar el coche deseado. Es fundamental tener presente si el conductor necesita el automóvil para circular por la ciudad, donde puede sacar mayor provecho a un motor electrificado, o si va a realizar trayectos de larga distancia, donde, dada la implantación que aún se está acometiendo de puntos de recarga, quizá prefiera decantarse por el vehículo de combustión.
  • Autonomía del coche: Es un valor significativo que, en el caso de los eléctricos, va a estar más limitado por la necesidad de recarga. La mayor parte de los motores electrificados presenta una autonomía que oscila entre los 200 y 500 kilómetros, de acuerdo con el modelo escogido. Por ejemplo, el Renault ZOE, dependiendo del motor y la batería, puede presentar una autonomía de 390 kilómetros. La autonomía va muy ligada a la extensión de las estaciones de servicio de recarga distribuidas por todo el país y el tiempo de suministro de energía a las baterías. De esta forma, un viajero que se traslade de Madrid a Valencia en su coche eléctrico con una autonomía de 200 kilómetros, podría recargar el vehículo en Cuenca o una estación cercana a Honrubia antes de llegar a su destino. En las grandes ciudades, la recarga suele ser más sencilla ya que se reparten puntos públicos a disposición de los conductores de eléctricos. Por su parte, la autonomía en los coches de combustión está asociada a la capacidad del depósito y vinculada, a su vez, al combustible consumido, la velocidad y el recorrido realizado. Algo similar sucede con las baterías de los eléctricos, cuya duración también se ve afectada por la forma de conducción, la velocidad o el uso de aire acondicionado.
  • El precio de compra y el consumo: Tras valorar el factor del precio, habrá que hacer cálculos entre el coste de la gasolina o diésel, la factura de la electricidad mensual o los gastos derivados de la carga en las estaciones de servicio. Así, dependiendo de las tarifas de la electricidad en España, la potencia contratada, el consumo de cada vehículo por Kwh y el tiempo de recarga, el coste por recarga puede oscilar entre 1 y 3 euros para 100 kilómetros. La cuantía podría aumentar a seis euros si hablamos de la carga total del vehículo. Si la opción es suministrar energía al coche desde las estaciones públicas, dependerá de la compañía que proporcione la recarga, la potencia que garantice y los conectores. Se pueden encontrar precios de 0,15 euros el Kwh a 0,40 euros, según potencia. Por otro lado, en los vehículos de combustible entran en juego otros elementos implicados en el consumo real del carburante, como la forma de conducción, la velocidad, los pasajeros y el uso de componentes internos, como el aire acondicionado. El precio medio oscila entre 1,490 (sin Plomo 95) y 1,590 (Sin Plomo 98) a 1,380 euros el Gasóleo A, entre otros. Es reseñable el caso de las flotas de vehículos, donde el ahorro en cuanto al consumo aumentaría de forma considerable a largo plazo si se utilizan vehículos eléctricos.
  • Los gastos de mantenimiento y posventa: Atendiendo a la mecánica, los vehículos eléctricos resultan más competitivos en mantenimiento, ya que presentan menos piezas para revisión o posibles averías. Sí que habría que tener en cuenta la batería como uno de los elementos más valiosos de estos automóviles. Cabe destacar que se puede contar con una batería en alquiler, que podría resultar más económica a medio plazo. En conjunto, los vehículos híbridos se situarían en la misma línea de gastos de mantenimiento y posventa que los vehículo de combustión, por lo que a largo plazo siempre estaría más amortizada la compra del eléctrico.
  • Incentivos a la adquisición: Para impulsar la compra de vehículos eléctricos y reforzar su competitividad, las ayudas promovidas como el Plan Moves III suponen todo un aliciente para la compra de turismos eléctricos con subvenciones que pueden alcanzar los 8.000 euros. Algunos ayuntamientos o capitales de provincia, como sucede en Andalucía, presentan bonificaciones adicionales, como descuentos en el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) o el impuesto de circulación por la compra de coches eléctricos. Madrid incluye asimismo ayudas para comprar vehículos con etiqueta Cero, Eco y C dentro del Plan Cambia 360. A estas iniciativas habría que añadir los incentivos fiscales que aplique cada comunidad autónoma y, dado el nivel de emisiones cero, la exención del impuesto de matriculación.
  • Restricciones en las ciudades y sostenibilidad: Muchas ciudades ya contemplan el acceso limitado de determinados vehículos al centro y a otras áreas metropolitanas. En el caso de Madrid, a finales de septiembre entró en vigor la Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección del Distrito Centro que, entre otros, prohíbe la entrada en el distrito a los vehículos con clasificación ambiental A. Por ello, es importante consultar la fecha de matriculación del coche o conocer el distintivo ambiental para verificar por dónde se puede circular. Estas iniciativas, además de las bonificaciones en las tarifas de aparcamientos, entroncan con la transición hacia la descarbonización. En estos supuestos, y si añadimos las cero emisiones de los coches eléctricos, estos turismos acumulan grandes ventajas.

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