Un año más, y ya van nueve, el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo acogía una nueva edición del salón del vehículo clásico por excelencia de la capital del país. ClassicAuto ofrecía un fin de semana lleno de actividades, coloquios y, sobre todo, un punto de encuentro para todos los amantes de los clásicos y aficionados al motor.
Sin distinción de género o edad, ClassicAuto era el epicentro al que los mayores acudían con sus nietos a mostrarles los vehículos de su juventud, los más jóvenes acudían a ver aquellos vehículos que veían desde el carrito cuando eran bebés, incluso en la que un novio le pedía matrimonio a quien, podemos afirmar, será su futura mujer, entre otros muchos perfiles de visitantes.
Desde los primeros minutos de la apertura de puertas del salón cada uno de los tres días del evento, los alrededores de la Casa de Campo fueron una peregrinación de cientos y cientos vehículos clásicos que acudían, a lo que podemos considerar, la concentración de concentraciones.
ClassicAuto tenía, como es habitual, varios ambientes bien diferenciados:
– En los alrededores del recinto del Pabellón de Cristal se concentraban cientos de vehículos cuyos propietarios acudían hasta allí para visitar el salón y mostrar orgullosos las joyas que ocupan ese privilegiado lugar en su garaje.
– La planta alta del pabellón era un lugar en el que el tiempo nos transportaba hasta hace varias décadas y nos hacía disfrutar de los vehículos más exclusivos y elegantes de cada época. Prueba de ello era el concurso de elegancia que se llevaba a cabo.
– La planta intermedia daba cabida a decenas de especialistas en recambio para clásicos, herramientas, mechandising y coleccionismo para que los visitantes pudieran encontrar aquello que necesitaran o conocer al proveedor que pueda tener el producto que buscan.
– En la planta baja tenía lugar el denominado Car & Bike Corral, un lugar de compra-venta entre particulares en el que cualquier visitante podía hacerse con un vehículo histórico o adquirir un proyecto de restauración al que dedicar tiempo.
Pero no solo automóviles se pudieron ver. La motocicleta y el ciclomotor ocuparon gran parte del salón como punto de interés de un mercado en el que España tuvo mucho que aportar, y como muestra, la exposición temática de “Motocicletas Todoterreno Made in Spain”. El desaparecido Ángel Nieto también estuvo muy presente, como algunas de las motos que pilotó en un repaso histórico hasta nuestros días de las dos ruedas de competición. Además, los vehículos que han ido de la mano en la historia de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, tampoco quisieron perderse esta edición del ClassicAuto.