En la última década ha habido en Europa un notable avance de los cambios automáticos en detrimento de los manuales. Los avances tecnológicos han conseguido que estos cambios sean cada vez más eficaces y eficientes. En la parte mecánica, las cajas de cambio robotizadas de doble embrague, las CVT de variador continuo y el desarrollo de convertidores de par más eficientes, ha permitido lograr notables avances. En la parte electrónica, la gestión cada vez más “inteligente” del cambio ha permitido que este responda y se adapte con total inmediatez a los gustos, necesidades y requerimientos de los conductores.
Por otro lado, la electrificación del automóvil está acelerando este proceso: la mayoría de los eléctricos ni siquiera tiene caja de cambios; y en los híbridos, es automática. Pero los cambios manuales todavía tienen mucho recorrido a corto y medio plazo. Y también tienen futuro dentro de los híbridos ligeros electrificados de 48V. Incluso su espíritu podría perpetuarse en el tiempo, como una simple función electrónica que haga rememorar el funcionamiento de un coche de combustión en un eléctrico del futuro.
De todo ello hablamos con Michael Winkler, responsable de motores y transmisiones en el Centro de Investigación y Desarrollo de Kia en Europa. Kia ha lanzado recientemente una nueva caja de cambios manual inteligente (iMT) con tecnología de «embrague electrónico», diseñada para la gama de vehículos eléctricos híbridos de 48V de la marca.
¿Tienen futuro los cambios manuales?
“Kia tiene un 50% de cuota mercado en Europa de cajas de cambio manuales”, detalla Michael Winkler. “¿Pero dentro de unos años? Creemos que seguirá habiendo demanda, sobre todo gracias al auge de las motorizaciones Mild Hybrid de 48V. El nuevo cambio manual inteligente (iMT) consigue una reducción del consumo de hasta un 3% y ofrece unas ventajas de confort y agrado de conducción igual de importantes. Se nota en la suavidad con la que se realizan las paradas y arranques, o en que el tacto y recorrido del pedal del embrague sea siempre el mismo a lo largo de toda la vida útil del coche. Y todo lo hace el sistema solo, sin intervención del conductor”.
Winkler explica que “la idea detrás de este cambio es que podemos apagar el motor incluso si hay una marcha engranada, sin que el conductor tenga que pisar el pedal del embrague ni tocar la palanca de cambios. El conductor solo tiene que soltar el pie del acelerador para que el coche avance “a vela” por inercia. Cuando vuelve a acelerar o se frena, se arranca el motor y se conecta la transmisión”.
“Tenemos que pensar en la tecnología a largo plazo, pero también en las necesidades actuales de nuestros clientes”, comenta el responsable de motores y transmisiones en el Centro de Investigación y Desarrollo de Kia en Europa. “La mitad de ellos eligen cambios manuales y tenemos la posibilidad de seguir mejorándolos. Por otro lado, muchos usuarios siguen demandando motores de combustión, y tenemos nuevos propulsores diésel y gasolina en el principio de su ciclo de vida”.
En este sentido, otra posible evolución sería una palanca de cambios electrónica. “Es una buena idea. Puedo ver que aportaría algunos beneficios, pero por otro lado, habría un aumento de costes. Por el momento no vemos realmente la necesidad de hacerlo y estamos muy contentos con el sistema mecánico”, concluye Michael Winkler.
¿Un futuro virtual para el cambio manual?
“Es cierto que con el proceso de electrificación no sé si habrá sitio para los cambios manuales en el mercado”, reflexiona Winkler. Una posible idea de futuro sería que los coches eléctricos más deportivos tuvieran una función electrónica que permitiera simular el funcionamiento de una caja de cambios manual.
“Técnicamente es sencillo hacerlo, solo con ajustes de calibración del sistema. Pero la pregunta es, ¿lo quieren los usuarios? A la gente le encanta de los eléctricos que pueden pisar el pedal y sentir un empuje instantáneo y lineal. ¿Demandarían los conductores tener una función “fake” que imitara la forma de empujar de un motor de combustión? Además, en los coches de combustión hay un sonido y vibraciones que acompañan a ese empuje y conforman una sensación completa, un eléctrico no tiene ese sonido, y también habría que imitarlo. No sé si esa será la dirección que tomaremos porque así no lo indiquen los gustos de los conductores, técnicamente es posible. Pero yo creo que el empuje instantáneo y lineal es un patrimonio de los eléctricos que le gusta mucho a la gente, incluso a los conductores más deportivos. Y, por ahora, estamos en los inicios de la electrificación y ahora estamos más preocupados de conseguir más autonomía que de hacer coches deportivos eléctricos”.